Varios formatos medianos
Varios formatos medianos
La colección Roland Buraud está bajo la dirección y gestión de Etienne Buraud desde 2009.
Testimonio
por la pintora Michèle Tassi
Michèle TASSI trabaja en diversos medios: esculturas, pinturas, acrílico, técnica mixta sobre lienzo, tinta sobre papel.
Esta dimensión de multiplicidad está en el origen de obras que pretenden dar forma a un proceso de evolución.
Su obra se puede ver en series:
Trabaja sobre la ciudad “Metáfora del silencio”, concepto de percepción del silencio y lo extraño.
Pone en diálogo lo que se ve y lo que se puede descubrir.
El misterio que emana de sus pinturas continúa en nuevas series que ya habían sido abordadas en la escultura, sobre el tema del cuerpo.
Michele Tassi
Compartir durante unos meses el estudio del pintor Roland Buraud fue muy enriquecedor para mi investigación artística. Estaba trabajando en una serie de pinturas sobre la ciudad de Nueva York cuando, en julio de 2008, Roland me pidió que fuera a pintar a su estudio durante su ausencia. Voy allí casi todos los días.
A su regreso, cinco semanas después, observando lo que había terminado –un cuadro a punto de terminar- me sugirió seguir trabajando en el estudio que estábamos reorganizando para tal fin. Conociendo su necesidad de soledad para crear, me sorprendí y, encantada, acepté.
Mi encuentro con Roland Buraud tuvo lugar cuatro años antes, en 2004, durante una exposición colectiva en París en la que participó. Me llamó la atención su pintura, estos cuerpos fusionados entrelazados, entrelazados, dañados, levitando en un espacio indefinido, del que ciertas figuras “sin figuras” me hacían pensar en animales vaciados de sus entrañas, hechos jirones, suspendidos en el espacio, entregándose “a ver” como un fin. Hablamos largamente sobre su trabajo.
Después de nuestras conversaciones, me sugirió que viniera y viera todo su trabajo. Fui a su taller en el corazón de la Bastilla un domingo por la tarde. El “encuentro” con su pintura –el pintor– se produjo ese día, frente a la inmensidad de sus cuadros, en lo que muestran, en lo que hacen sentir, en la reflexión que provocan, oscura, poderosa, como un llamado al silencio. Y luego el hombre en su infinito pudor, su elegancia en las palabras y… males. A partir de entonces nació una amistad. Nuestros intercambios, nuestra complicidad, continuaron hasta “su huida”. Mi pintura era diferente a la suya. Ecléctico, su curiosidad artística siempre le ha empujado a interesarse por diversas formas pictóricas. Durante los pocos meses de taller trabajamos en dos salas contiguas, respetando nuestros silencios, nuestro trabajo. Tuvimos una mirada mutua y constante del trabajo de cada uno. A veces pintábamos al son de Schubert, Schuman, Mahler... En nuestras pausas alrededor del café, observábamos el progreso del trabajo de todos. Intercambiamos nuestras impresiones. Muy abierto, le gustaba recibir las sensaciones que le despertaba su obra. A veces le expresaba mis dudas cuando notaba un error en mi lienzo.
Nunca complaciente, me aconsejaba o me animaba: “¡lo encontrarás!” », me dijo. Visitamos juntos muchos museos, exposiciones y galerías. A veces estábamos completamente en desacuerdo sobre la obra de ciertos pintores contemporáneos. Molesto, dijo: “abre los ojos”. Le encantaba compartir sus conocimientos, comprender, transmitir. Me viene a la mente esta anécdota: durante nuestra última exposición en el Louvre, fuimos a ver pintura italiana, me sorprendió fijarme en los detalles de ciertos cuadros, le compartí mis observaciones, sonriendo, me dijo entonces: “tú ¡Estás creciendo”! Compartimos su espacio, nuestros mundos, risas y silencios, mesas con amigos, discusiones a veces muy animadas. Su observación del mundo, sus puntos de vista, nuestros intercambios, me permitieron enriquecer mi pensamiento sobre mi obra artística y darle una nueva mirada.
Michelle Tassi.
Tiempo suspendido. Equilibrio incierto. Entre dos, lugares de partida o de negociaciones, de espera o de abandono. ¿Estamos antes o después del evento? ¿Antes o después de la tragedia? ¿Es ésta la premonición de un trastorno o su observación? La pintura de Michèle Tassi va más allá de los arquetipos urbanos en los que se basa. Estos aparcamientos, estas calles desiertas, estos edificios herméticos son una invitación a ir más allá de lo intangible de toda percepción; el aparente misterio de fachadas y direcciones que sólo se ofrecen como proposiciones, nos llevan a través de su extrañeza, a lo que vemos de nosotros mismos, a lo que percibimos de los demás, tanto como a nuestros orígenes y a nuestro futuro posible.
ARNAUD BEDOUET
Dramaturgo